28 febrero 2006

Almuerzos dominicales

La vida corre, no se compadece de nadie, seres, lugares, cosas e instantes pasan, se esfuman, nunca existieron. Pero en ese frenesí incontrolable siempre hay un segundo para manotear un botín, un souvenir, detonar el hollín que cubre algún momento, objeto o gesto especial entre los muchos guardados en el altillo de la memoria. Los coleccionamos, conservándolos en los embalajes de los recuerdos, pero solo un puñado sabemos distinguir a simple vista.
De estos porta retratos que conviven en ágiles neuronas mi preferencia recae sobre los almuerzos dominicales en casa de mis abuelos. En esos banquetes de idioma común había pasos de comedia para cada tipo de comida, loas y aplausos para el chef del día, una lugar para cada uno en las inmediaciones de la mesa, abuelos, padres, tíos, hermanos, primos, almohadones para los que no alcanzábamos a elevarnos por sobre los alimentos, resumen noticioso: fútbol, política, rumores de la farándula, familiares, barriales, flautitas, vino, soda, fideos, asados, quién quiere más helado? De vez en cuando algún tío revolucionario planteaba tratados filosóficos complejos acerca de la “libertad ambulatoria nocturna” o dicho de otra forma “libertad de salir hasta altas horas de la madrugada” que eran refutadas por mi abuelo, jactándose de ser heredero de Simplicio con su: Sanseacabó, silencio de iglesia, y continuar con el bullicio por otros temas. Y de pronto, como venida de la nada o fruto de una cadena comentarios azarosos alguno de los protagonistas comenzaba a destejer una historia. Entonces, el comedor comenzaba a llenarse de inmigrantes italianos recién bajados del barco, o se transformaba en la pista de baile de algún club de barrio, o en un baldío, donde hoy se erigen mansiones, y alguno jugo el partido de su vida, pasaban personajes oscuros que imaginaba escondidos en galpón del fondo, héroes de vereda, coqueteos que hoy me permiten existir. Relatos furtivos o best sellers reeditados domingo a domingo demandados por un público cautivo. Almuerzos dominicales la matriz de la mitología familiar.

La vida corre, no se compadece de nadie, seres, lugares, cosas e instantes pasan, se esfuman, nunca existieron.

No hizo falta volver a preguntarme por que escribo.

Che, vengan a la mesa, que se enfría la comida!!!


13 comentarios:

Marcela Mendoza R. dijo...

lo lindo de la vida en latinoamérica es tener esa costumbre de reunir a toda la gran familia los domingos, junto al abuelo.
Nosotros vivíamos lo mismo, nos reuníamos toooodos y sí lo vivido era casi igual a lo que usted comenta, excepto por la música de fondo: los balses. Aún hoy, cuando escucho esos balses antiguos, recuerdo a mi abuelo y a toda la comitiva familiar dominguera en torno a la watia.

Anónimo dijo...

Los almuerzos dominicales han sido para mí un refugio maravilloso, como cuando uno se resguarda de la lluvia bajo un lugar seguro. Cuando quienes coordinaban esos encuentros ya no están se produce un vacío muy duro de llevar, más en honor a ellos quienes tenemos ya "algunas" canas nos vemos en la obligación, en cierta manera de mantener esa extraordinaria tradición y luchar contra las innumerables ofertas que hoy día aparecen y dan motivo a las excusas y los faltazos para quienes no es tan importante o trascendente. Por lo que a mi depende: ¡lucharé por los almuerzos dominicales !

Estrellada dijo...

Claro que existieron tus almuerzos dominicales, Anfitrión!! La diferencia es que ya no necesitás almohadones para alcanzar esa mesa sino darle rienda suelta a tu memoria donde están todos esos seres entrañables, de donde ninguna despiadada daga te los puede arrebatar.
Quienes arrean a la familia a almorzar van cambiando de rostros, pero no de sentimientos...y quienes nos sentamos alrededor de la cabecera nos encontramos allí en un refugio que se traslada como un delicado tesoro de generación en generación.
Brindo en tu mesa por los almuerzos dominicales!!! y por tu ágil "pluma descriptora" que me los refrescó en la mente.

Anónimo dijo...

Mis almuerzos dominicales me llevan a Ramos Mejía.. Casa de Meca y Coco.. mis abuelos, que en ese momento aún eran ágiles y tenían pelo con color natural.
Me siento dichosa de aún poder vivirlos del lado de "los chicos" (no siendo tan chica).
Mis abuelos aún viven.. pero los almuerzos se fueron esfumando un poco.
Adhiero a "El Creador" cuando dice que hay que luchar con todos los posibles escapes a la hora de concurrir... No es un trabajo fácil, no?

Anfitrión... Cómo haces?? Admiro desde lo profundo de mi mente cómo sacas desde lo profundo de tu ser tan maravillosa prosa!!!! Siempre Gracias!!!

le mutante dijo...

mi familia, la parte más tana y ruidosa de los almuerzos no se reunía los domingos, no. habia reuniones espaciales para las fiestas de fin de año, el día de los abuelos, pascuas y algún cumpleaños que cayera en fin de semana.

mesa larga y llena de comida que siempre quedaba vacía, los postres de la abuela, los juegos con los primos lejos para que se pudiera dormir la siesta, el coqueteo con el alcohol más de grandes; los cuentos, las risas, el que le tocaba ser el punto de los chistes... después las bienvenidas y recibimientos diversos a nuevos integrantes, sobre todo cuando se trataba de novietes. un poco después las despedidas, el dolor de ver un ritual partido y la fuerza por mantener esos encuentros como una fiesta.

gracias por el viaje. venimos de lugares tan distintos y tan iguales. fue además un relato muy bueno... muy bueno...

vinilica vegana dijo...

nose, tengo muchos conflictos con los portaretratos de mis neuronas, algunas imagenes son mias, otras son prestadas y otras nunca pasaron pero es lo que mas quisiera...
la sencibilidad del texto es genial, me llegaste.

Anónimo dijo...

Lepala dijo: En este texto has descripto maravillosamente parte de la tradicion familiar. Por supuesto al leerlo no pude contener la emocion y por supuesto tambien, llegue a las lagrimas.
Pero hiciste surgir un tema que ronda y ronda por mi mente la "tradicion familiar" esas costumbres, habitos, raigambre, e historias que conforma cada familia y se va legando de generacion en generacion. Comparto con "el creador" su afan por cuidarla y mantenerla, defendiendola del vertigo de la vida actual. Porque esa tradicion familiar es parte de la pasta con que fue dise�ada nuestra vida. Yo estoy agradecida infinitamente por los legados que me dejaron mis antepasados, es mas trato de ser fiel a ellos. Cuando tengo dudas recurro a el arcon de la memoria y recuerdo sus sacrificios, con que poco se alegraban..... y todo esto me nutre y me hace pesar lo importante que es defender "la tradicion familiar", seria algo asi como una ofrenda a aquellos que tanto lucharon por ella. Un abrazo.

Anónimo dijo...

anfitrión:
recordé mis almuerzos dominicales en familia
se extrañan a veces.
saludos!
(siga escribiendo que da gusto leerlo)

Anónimo dijo...

almuerzos dominicales...
me vino a la mente, con todas las personas q describiste en esa mesa, esos personajes...
...ahora la mesa no se agranda en los almuerzos dominicales, pero un dia de estos, muy pronto quizas
la mesa se va a volver a agrandar y no seremos mas los chicos, los hijos, los nietos, los sobrinos de esa gran mesa a la cual recordamos con melancolia...
...seremos los tios, los padres

esa idea me ronda en la mente con frecuencia, y me trae impaciencia y ansias de saber como sera.
cuales seran las historias, los relatos frecuentes...
...los lugares q ocuparemos

un dia de positivimo...
...de levantar un poco mas la vista para divisar el futuro rozando el pasado!

te adoro anfitrion!

Anfitrión dijo...

Mameri:Como decís, la costumbre de reunirnos en familia es una de las "tantas" que nos hermanan a los latinoamericanos. Gracias por pasar.

Sr.Creador: Desde mi humilde rincón bregare para que sigan sobreviviendo.

Estrellada: A la mesa dominical no falta nadie, su escencia convive aunque sobren algunas sillas.

Penelope: Que dichosa sos de tener aun a tus abuelos y que lindo es el sentimiento de niña que les regalas. Yo perdi a mis dos abuelos y no hay un día que pase sin que recuerde a esos hombres maravilosos.

Le mutante: Me encanto tu breve reseña de almuerzo familiar!!! "Venimos de lugares tan distintos y tan iguales".

Vinílica: No importa si los portaretratos son propios o ajenos, si estan ahi guardados podes disponer de ellos.
Es un orgullo para mi que mi texto te haya llegado.

Lepala: Me sumo a tu cruzada por defender la tradición familiar, estar vigilantes que en la confusión de estos días acelerados no se nos escapen principios basales que nos han delegado nuestros antecesores.

Ce: Me alegro mucho de haber despertado el recuerdo de tus almuerzos familiares. Es un gusto leerte a vos tambien!!

Lulita: Comparto tu impaciencia de ver la futura mesa familiar. Y me agrada el positivismo con el que se embarcó al pasar por mi comarca. Tambien te adoro piojin!!

Anónimo dijo...

Me asombra cuánto te leí hoy, porque mis visitas ya no son tan asiduas, los tiempos me cambiaron.
Cambié los almuerzos dominicales por las tardes de mate bajo la parra de la Tía Yoli. Aprendí que no perdes nada, sólo cambias las prioridades.
Escasos días atrás mi abula celebró otro aniversario de nacimiento. Qué mágico fue leerte y evocar esos recuerdos recientes con mis primos, sobrinos, tíos. Por cada palabra un suspiro devenido en sentimiento, preludio de la emoción, mi subterfugio por excelencia.
”Almuerzos Dominicales” te vuelvo a leer para sumergirme en un paisaje de retazos fragmentados en la memoria de aquellos tiempos lejanos.
Que bueno es saberte como siempre.
Nota: Leerte denota tu encanto!
PD.: Tengo el bosquejo del traje.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Looks nice! Awesome content. Good job guys.
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