28 agosto 2015

Rockeando



Blande la luna su brillante soliloquio.
La madre de todos los relatos,
y de todos los pecados… 
Un vestido vaporoso,
 un manto de  Lagrimas.
 Capas de héroes derrotados
Se mecen en caída libre
desde el escarpado acantilado
 del todo es posible.
Una noche para cambiar
Una coz en la sien
El Lado b de canciones profetas
El maquinista frena y se saca un pasaje a Alaska
Se Compra dos huskies y se deja llevar por pomposas vías nevadas
Los pasos largos que heredé de mi padre se detienen.
 Doy un respingo en el aire y
 comienzo a andar con estilo.
 Estilo propio.
Suenan las teclas de la nocturnidad
 Miles Davis su  sonrisa astuta y Jack
Camino Solo en  esta babel tanguera
donde en todos hallo rasgos de mis abuelos,
de mi difunto perro
y aquel otro que me mordió.
 Me aguarda un techo donde cuelgan costelaciones de origamis,
monedas de la suerte, mandalas y atrapasueños;
 olor a carne asada cebolla reogada y laurel; 
Un vino cómplice q se sabe todas las señas y sabe guardar secretos.  
Qué puede salir mal, si de la otra frontera de la mesa están
los mil un besos necesarios antes de morir.
Cierra esta velada a puro Rock & Roll. 
Nada de sedalinas de melosidad. 
Pasión de vivir fuerte.
 Knock out Bonham
Vuelo Mollo-claptoniano
Ritmo  Arnedo-pepper
y mi voz desvergonzada
 mi aullido lunático diciendo
esta es

Una noche para rockear.